TodoTorreznoTeam: San Silvestre Arandina 2013

-Selección TodoTorreznoTeam San Silvestre 2013-

Érase una vez una panda de borrachines que pasaba todo el día bebiendo sin parar. Bebían tanto que nunca se habían parado a pensar qué otra cosa podrían hacer. De repente un día, un frío 31 de diciembre de un 2003 el malvado mago del deporte les convirtió en corredores.

Todavía los borrachines no lo sabían, pero en su interior crecía el haba mágica del deporte. Uno de ellos, el más bajito, al ver correr a aquellos gigantes decía:

- "Papá, yo nunca correré cinco kilómetros como ese señor, ¿verdad?

- (con voz poderosa) ¡No hijo! tú siempre serás un borrachín.

Pero aquel día el haba mágica del deporte se convirtió en una judía grande (por supuesto mágica).

Los siguientes 31 de diciembre desde aquel invierno, los borrachines se acercaban más y más a la carrera de gigantes. Un hada mágica (sí, aquí todo es mágico) convirtió a dos de estos borrachines en dos apuestos gigantes con la cara de Juan Carlos Higuero; (al borrachín gruñón y al borrachín de los ojos saltones). El hechizo sólo duraría hasta las 12 de la noche, después se volverían a convertir en bebedores compulsivos.

Los años siguientes el hada mágica concedía por un día a estos individuos el deseo de convertirse en gigantes korricolaris de meseta con muy diversas caras. Una vez tuvieron cara de Ángel Guerra (ex-alcalde populero).

Pero un año llegó el malvado Ogro del trabajo, y al borrachín de los ojos saltones le quitó el mágico poder de convertirse en deportista por 1 día, obligándolo a trabajar durante los años venideros.

Por aquel entonces las judías mágicas del deporte ya eran auténticas calabazas del deporte, verdaderamente poderosas, muy grandes.

Así pasaron los años. Llegaron tiempos de pobreza y castigo para los habitantes de la San Silvestre (ciudad donde habitan los gigantes) y el ogro del trabajo desapareció.

De pronto aquel 31 de diciembre los borrachines se habían transformado en hermosos cisnes... ¡digo en deportistas! (y más bien feuchos)... y dejaron de ser bebedores compulsivos, y después de las 12 ya no bebían, cogían sus frontales y se iban a hacer deporte. Y los domingos por las mañanas ya no los pasaban en la cama de resaca, sino cogiendo su dorsal puntualmente para participar en las carreras más absurdas...

ya no eran borrachines... ahora eran deportistas GIGANTES.

Y a estos deportistas se les unieron más deportistas de los confines remotos de la tierra. Y se enfundaron una piel amarilla, llena de color y viveza, y escudos y dibujos de zapatillas y torreznos... y juntos corrieron pruebas durante todo el año, no sólo los 31 de diciembre.

Y fueron felices y comieron torreznos.