domingo, 7 de septiembre de 2014

XII SUBIDA AL SAN MILLÁN Y VUELTA AL NACEDERO



Todo lo que va más allá de algo se puede denominar "ultra", así que bien podemos decir que lo que hemos hecho en esta carrera es un "ultramediomaratón". Y eso es lo que le da calidad a la carrera.:-)

Nada de lo que habiamos corrido antes se le parece ni de lejos a esta prueba de la FEDME, ni siquiera la "Jabalí Trail".

Y antes de iniciarse en una locura de este calibre, primero hay que probar, y eso fue lo que hicimos Víctor y yo justo una semana antes por la zona de la Quesera y el Pico del Lobo (Riaza). Machos!!.


"Jornada de entrenamiento por el Pico del Lobo" - 25k (1.208m. D+)

Día de Carrera

Nuevo vecino Víctor coge el coche a las 6:00 am. Yo mismo llego tarde, porque me quedo dormido (de que se extraña esta gente si siempre lo hago). Recogemos juntos al paquete Aser y arrancamos hacia Pradoluengo, que es un pueblo muy bonito, de mucha cultura y muchos valores, pero que tienen mucho miedo a lo de fuera, por lo que le pueda pasar a las mujeres, usted ya me entiende.

Llegamos más bien pronto y nos da tiempo a coger tranquilos los dorsales, desayunar y encontrarnos con Pachi en el calentamiento. Un Pachi que ha aclimatado 24h. antes en la zona. Ha dormido en el pueblo. Ya sabéis que este individuo no da puntada sin hilo.
Después de prepararnos (madre mía) todo: crema, vaselina, mochilas, garmins, tiritas, vendajes, bastones, geles y glucosas... etc etc; vamos pilladisimos de tiempo a la línea de salida, casi entramos en el cajón con el pitido inicial. De hecho mi garmin aún sin satélites se come 800m. de carrera.

"Así parecía un G.I. Joe"

Para empezar, sin ostias, rampón del 15, para que nos vayamos enterando de que va la cosa. Subimos mezclados las 2 carreras (Nacedero y San Millán), y con colapso generoso. Aser rompe sus gafas de sol y me las encasqueta en mi mochila, ese sobrepeso sería una pieza clave en mi lesión a posteriori.(km 21).

Una vez subida esta cuestecilla, nuestro equipo torrezno se divide en tres bloques diferenciados. Víctor ya a distancia, Pachi y yo juntitos prácticamente toda la carrera, y Aser con su música, relajado, detrás. Con el leche templà.
Primeras bajadas difíciles, y primera gran subida por un sotobosque de hayas espectacular de bonito. En este tramo una especie de camello de los geles nos ofrece uno de cafeína, pero tanto Pachi como yo le decimos que no. La primera vez siempre es gratis. Debían de ser buenos, porque no volvimos a ver al tipo...

Subiendo, a base de bastonazos pasan los km. Un hombrecillo a mitad de rampa estaba con una libreta, y al ver que yo iba tan despacio le pregunté que si en vez de hacerme una foto me estaba dibujando... se ve que sólo anotaba el dorsal... a modo control.

Se hizo eterna esa subida por el hayedo, pero al llegar arriba las vistas eran increíbles, un merecido premio al esfuerzo realizado. Y cerca del alto de Remendía seguíamos con el mismo orden en cuanto a torreznos se refiere. Víctor, Fabián y Pachi. Ya entre los cotilleos de los avituallamientos se rumoreaba sobre algún retirado. Lo cual daba ánimos ... o no. Un tiron más y ataque a la cumbre del San Millán.

Un camión de bomberos con sus bomberos incluido almuerzan junto al camino, y aunque suene muy "Bolo", me paré a tomar un trago de vino fresco de la bota. Al volver a cruzar más tarde por allí a ningún apagafuegos le extrañó que fuera en última posición.

Desespera un poco cruzarse con todo quisqui ya bajando, y sabiendo que como poco te sacan 1 hora, pero no era mi batalla.
A estas alturas de competición el amigo Aser ya estaba entrando por meta, un tipo suertudo a la par que inteligente.

"Aser, un tipo listo"

El último arreón a la cumbre harto peligroso, no ya por la pendiente en sí, sino por el cansancio acumulado, lo normal a estas alturas de la carrera es ver unicornios y elefantes rosas alrededor.
Pues agarrado a las cuerdas me arrastro hasta la cumbre, allí me espera un nuevo refrigerio. Toco "pichote" cumbre y hago tiempo a que llegue Pachi. Juntos iniciamos la bajada.

La bajada comienza fuerte, con grandes caídas de desnivel a nuestra izquierda, pero no hay tiempo de mirar y acongojarse.
Un poco más adelante, se une a nuestra posición el voluntario que "cierra la carrera"... sí en principio suena lamentable, pero aún se pondrían peor las cosas.
Y tan ensimismado va el voluntario, que no se percata en que nos hemos salido de la ruta. Y mientras la recuperamos la pista, me da tiempo a torcerme un tobillo.
Ese momento es clave en la carrera, Pachi comienza a sacarme distancia, y aunque no le pierdo de vista, me va sacando minutos.

Aún quedaban kilómetros para más desgracias; allá por el km 21, un pinchazo en mi pierna izquierda me hace parar en seco. El paisano del chaleco me pregunta:  "Ahí está el coche de la cruz roja, si quieres que te bajen estás a tiempo". Y eso es lo que se detiene por un instante, "el tiempo". Toda mi vida pasa por delante de mi cabeza, y, como si de un borracho se tratase, de mi boca sale un "no", que no va acorde con mi cuerpo. Cosas de la falta de riego.

Así que cambio de postura de bajada y a seguir, total sólo quedan 9 km más...

Y así, arrastras, continúo mi descenso a meta. Descenso por decir algo, puesto que aún nos esperan un par de repechos de esos que te cagas en todo y juras para tus adentros..."nunca más".
La compañía de mi "amigo" se agradece, aunque no es muy parlanchín, supongo que lo hace por mi bien, para que no muera asfixiado y esas cosas.
A todo esto, en el último avituallamiento aún tengo a Pachi a vista. Así que nada, poco a poco, después de esa última recarga de pilas, bajada final hacia el pueblo. Los últimos 3 km son un infierno, pero al escuchar la megafonía, uno se viene arriba.

Últimos metros, y bang!, en la meta mi mujer y mi hijo, la mejor medalla para el último de la carrera. Y aunque sabía que estaba fuera de tiempo, paré a recoger a Arián y entrar con él en meta. Muy, muy, muy satisfactorio. (Esto es una moñería de padre, pero a mi me gustó).
Lo mejor de llegar el último es que te aplaude a rabiar todo el mundo, supongo que en plan lástima.

"Entrada fulgurante de Arián en meta"

Final de ultra-sufrimiento. (¿Cuando nos apuntamos a otra?).

P.D. Por supuesto comida de hermandad con nuestros acompañantes, reconstituyente.

Datos de la prueba:

Vuelta al nacedero:
16k - D+1050m.

Aser: puesto 38 - 2h. 37min. 04s.

XII Subida al San Millán
29k - D+2000m.

Víctor: puesto  33 -3h. 54min. 19s.
Pachi: puesto   58 - 4h. 57min. 41s.
Fabián: puesto 59 - 5h 11min. 10s.

"Mi Garmin se comió 800m... y 5 minutos claro!"

"No se sabe que quedó más arrugado, mi dorsal o mi cuerpo"

Posted by Fabio




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